CONCLUSIONES A LA ESPAÑA DE LOS AUSTRIAS

- A nuestros contemporáneos oídos les resulta inverosimil y contradictorio dos ideas imperantes en la época. En primer lugar las necesidades cortesanas y monarcas de prestigio, dominio, hegemonía lideraban las listas de las ambiciones de validos y consejeros. Luego el objetivo primordial  en ese momento histórico era la guerra en un grado expansionista sin limite. No concebimos una administración tan inoperante, llena de improductivos burócratas y consejos solapantes los unos sobre los otros. Una militarización obligatoria era impensable pero ejércitos extranjeros mirados con recelo aceptable.

- Tornamos a la recaudación de impuestos de manera local mediante las élites locales recolectoras. Es comprensible como medida de acallamiento de rumores, hostilidades, compra de fuerzas locales que dominen las masas. Mas los afrancesados de Felipe V ya mostrarían lo improductivo del antiguo sistema duplicando, triplicando las arcas públicas a través de la centralización. Por tanto, ¿no hubiese sido más productivo frenar las ansias de revolución del hambriento, del miserable mediante otro tipo de procedimientos?. ¿Quizá una estrecha vinculación y cooperación entre el poder monárquico y las altas esferas de la Iglesia no habría sido suficiente para distraer o embriagar al pueblo llano?





- El clientelismo como actuación legítima frente a la fuerza de la ley en el mundo contemporáneo. No se extingue, prevalece. En la actualidad la empresa privada acude al clientelismo, favoritismo por motivos muy semejanzes a los de entonces: tráfico de favores, relaciones sanguíneas, ¿acuerdos conyugales? para fusiones entre grandes empresas .... Señalando a la administración pública, que es el debate que suscita el injusto sistema de clientelimo en la Edad Moderna .... extrapolemos  al mundo contemporáneo. Corrupción, prevaricación, cohecho ... un lavado de cara actualizado de la misma moneda. Y el valimiento una práctica más que comprensible desde el punto de vista de los intereses del estado como del propio monarca pues su integridad e imagen eran salvaguardadas por la figura del valido. Es contradictorio el término valido si lo asociamos a valía, pues estos líderes de estado seguían siendo designados de forma clientelar, por amistad y confianza real.

- La contradicción que encontramos en el Saqueo de Roma por las tropas de Carlos V en sus campañas en Italia refleja que los intereses imperiales y económicos dejan en un segundo plano el titulo que Roma otorga años antes a Isabel y Fernando de Reyes Católicos. La guerra contra el infiel, en aras del catolicismo frente a la herejía musulmana y protestante se pone en entre dicho en esta contienda. Las tropas mercenarias que poblaban los regimientos españoles, a falta de recibir soldada, saquean la ciudad de Roma profanando templos religiosos y llevandose consigo cuantas valías se encontraban a sus pasos. Pese a la llamada al cese del saqueo los soldados "profesionales", "apátridas" desoyeron las voces de sus generales cuestionando nuevamente el modelo de ejercito voluntario y libre.

- El término absolutismo ha reinado en nuestras mentes desde que uno toma por primera vez un libro de historia moderna de España. Sin embargo, las investigaciones más recientes han mostrado con luces que un sistema absolutismo como el que hoy sigue residiendo en la mayoría de los ciudadanos de este pais, es más que discutible. Los pactos efectuados entre los distintos actores sociales permitieron el entendimiento en la época. Frente al régimen vertical que ha dominado en la memoria de muchos de nosotros, observamos una relación más horizontal entre los estamentos privilegiados así como oportunidades entre los más desdichados socialmente. Nos ha llamado especialmente la atención los acuerdos con la nobleza y con las élites locales para facilitar los intereses y ambiciones políticas de los monarcas a cambio de privilegio socio-económico de los otros.